Historias

Aunque tienen claro que “es un proyecto global, y que por desgracia no es solo el niño que tienes apadrinado el que necesita esa ayuda”.

En este tiempo han tenido más de un niño apadrinado “Da pena el abandonar la relación mantenida con el niño", nos explica Paula, "pero por otro lado tienes la ilusión de dar otra oportunidad a otro niño. Tuvimos a una niña durante todo el periodo de apadrinamiento .Vimos su evolución y era algo que te recargaba de ilusión y ganas de continuar colaborando. Ahora tenemos a Fiorela" .

Fiorela vive en Alta Vista, a más de tres horas de Camaná. ”Es un laberinto de calles de tierra en la ladera de una montaña. Pero gracias a Luis, coordinador de la ONG en Camaná, llegamos sin ningún problema”, cuenta Paula.

Conocieron a la familia de Fiorela, su casa, y su comunidad.  Nos comenta Paula que “hasta que no estás allí, no eres consciente de la pobreza que hay. Te llegas a sentir mal cuando piensas que muchas veces nos quejamos por “chorradas”. De camino a casa de Fiorela paramos en una tienda y les compramos alimentos básicos como arroz, leche, fruta… En cuanto a los niños, unos simples lápices de colores y unas pompas de jabón fueron suficientes para entender lo que ellos valoran esas cosas, la ilusión con el que abrían los regalos." 

Paula y Santiago visitaron también algunos de los proyectos que llevamos a cabo en la zona gracias a la ayuda de padrinos y colaboradores como ellos. Les parecieron muy necesarios, viendo la zona. Por otra parte creen que la crisis va afectar el apoyo e inicio de nuevos proyectos. "Por eso" dice Paula, " animamos a los padrinos a seguir colaborando y a los que no lo son, a serlo, porque es algo muy bonito y si tienes la posibilidad de llegar a vivir algo como lo nuestro, es un recuerdo que nunca vamos a olvidar”.

Nuestros padrinos viajeros nos han dejado un álbum de fotos de su viaje..¿quieres verlo?