El doble atentado de esta semana en la zona del Pacífico Colombiano, en las localidades de Tumaco y Villa Rica, expresa la situación de vulnerabilidad de la población colombiana por un marco de violencia que agrava una situación previa de exclusión social y falta de derechos básicos.
Las dos explosiones de ayer y del jueves, a las que se suma una tercera en el municipio de Cajamarca, han dejado un balance provisional de 15 víctimas mortales y decenas de heridos. Fuentes gubernamentales han atribuido los atentados a miembros de las FARC.
La situación fronteriza con Ecuador y la dificultad de las comunicaciones en un área sin carreteras han convertido al Municipio de Tumaco en el epicentro de recurrentes enfrentamientos violentos entre el Gobierno, la Guerrilla, las bandas armadas vinculadas al narcotráfico y la delincuencia común.
Los atentados han ocasionado una reducción de las operaciones de la organización sobre el terreno, que se volverán a un ritmo ordinario a medida que mejoren las condiciones de seguridad
Afrodescendientes atrapados
Tumaco y su departamento, Nariño, concentran gran parte de la población afrodescendiente de Colombia, un colectivo históricamente marginado que supone alrededor de un 10% de la población del país. A este colectivo le afectan vulneraciones de los derechos básicos, como un bajo registro de los nacimientos, viviendas precarias, y dificultades en el acceso a la educación y a la salud básicas.
En el caso de Tumaco, más del 60% de sus 160.000 habitantes no cuenta con agua potable; el 35% de los barrios de la ciudad no tiene servicio de limpieza y no existe sistema de alcantarillado. Muchos de ellos están constituidos por palafitos que se asientan directamente sobre los manglares.
El trabajo de las ONGs resulta muy complicado ya hace mucho tiempo en esta zona. Pero es que también es difícil el día a día de la población, que ve comprometidas sus alternativas de vida por la inseguridad en las zonas rurales que provoca el desplazamiento a los suburbios de la capital. Gran parte de la población del municipio ha llegado al casco urbano de Tumaco refugiándose de la violencia causada por los enfrentamientos entre las FARC y el Ejército Colombiano, especialmente desde 2007.
Desde 1998, Global Humanitaria impulsa en Tumaco y otros tres municipios de la costa del Pacífico de Colombia proyectos que impulsan la escolarización primaria y la generación de alternativas económicas. Estos proyectos alcanzan a unas 30.000 personas.
También en este municipio, Global Humanitaria participa en un programa de las Naciones Unidas para promover la paz en entornos conflictivos y en la creación de entornos protectores que posibiliten la formación de los jóvenes para evitar entre otras cosas, su reclutamiento por grupos armados.