Barcelona.- Global Humanitaria presenta La Pulsera Solidaria, una colaboración con el futbolista del FC Barcelona Daniel Alves para mejorar la salud y la educación infantil en Juazeiro, su localidad natal, mediante la construcción de cisternas de agua potable.
El futbolista brasileño Daniel Alves da Silva creció en una familia dedicada a la agricultura, y ayudaba a menudo a su padre. Con el proyecto de La Pulsera Solidaria, Global Humanitaria y Dani Alves pretenden mejorar el acceso al agua en este municipio, afectada por la sequía y la sobreexplotación de sus recursos hídricos.
Realizada en cuero negro y adornada con motivos en plata de ley que reúnen a Globalita, la imagen de Global Humanitaria y a la firma del jugador barcelonista, La Pulsera Solidaria puede adquirirse en joyerías y en La Tienda de Global Humanitaria por un importe de 39.95 € (http://www.globalhumanitaria.org/tienda_home.php)
Espot ‘Gracias por ayudar’
La colaboración de Global Humanitaria y Dani Alves se inscribe en el marco de las actividades de cooperación de esta Asociación, que lleva a cabo proyectos de saneamiento, mejora en el acceso al agua potable y apoyo a la educación primaria en 9 países de Latinoamérica, Asia y África, de los cuales participan un mínimo de 170.000 personas.
En el espot grabado para esta colaboración, el futbolista afirma: “Hola, soy Dani Alves y nací en un humilde pueblo de Brasil. En mi vida y en mi carrera he tenido que superar muchos retos. Ahora quiero poner en marcha una nueva aventura: ayudar a los niños de mi ciudad para que tengan una mejor educación, pero para ese reto necesito tener muchos amigos. ¿Quieres ayudarme?”
Construcción de cisternas en el semiárido brasileño
El municipio de Juazeiro se halla en la zona del semiárido, que se extiende por once estados del noreste de Brasil y abarca casi un millón de kilómetros cuadrados. Las lluvias se concentran en tres meses, y durante la mayor parte del año, adultos y niños caminan largas distancias en busca de agua. El 42% de los niños y adolescentes de la región, según datos de UNICEF, no tiene acceso a agua de red general o pozos.
La falta de acceso al agua significa la vulneración de un derecho humano básico, que tiene consecuencias directas sobre la salud infantil e indirectas sobre la capacidad de los niños de asistir a la escuela. Mediante la construcción de cisternas, el proyecto de Global Humanitaria pretende reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con el agua contaminada, como disentería, cólera y enfermedades parasitarias.
Con esta iniciativa también se espera ampliar la autonomía de las familias, conseguir que los niños tengan más tiempo para estudiar y que mejoren su asistencia a las aulas, de modo que con la educación se rompa la cadena pobreza y trabajo infantil en este municipio.