Global Humanitaria presenta Ashaninka: Memoria Herida, una exposición sobre las vulneraciones de derechos humanos comunes a los pueblos indígenas que parte de la realidad de los ashaninkas, en Perú.
La muestra está integrada por 10 lonas que reflejan la realidad histórica e identitaria del pueblo ashaninka. La exposición aborda también aspectos como la salud, la gobernabilidad, la educación y las cuestiones que interfieren en el ejercicio de los derechos de este grupo, comunes a la práctica totalidad de los pueblos indígenas.
Ashaninka: Memoria Herida se ha presentado en Asturias en octubre de 2011 y durante los próximos meses recorrerá diversas ubicaciones del Principado, gracias al apoyo de la Agencia Asturiana de Cooperación Internacional.
Los indígenas de Perú son los grandes excluidos del crecimiento macroeconómico del país en la última década, que no ha eliminado la gran desigualdad que la caracteriza. La falta de una educación pertinente, que valore la cultura y las tradiciones de los distintos pueblos amazónicos, contribuye a que entre un 24 y un 47% de los niños menores de 14 años no asistan a la escuela.
“Nuestro paisano, nuestro pariente, nuestro pueblo”
Los ashaninkas constituyen el colectivo indígena más numeroso de la Amazonía central de Perú. Este grupo lo integran cerca de 50.000 personas de 306 comunidades distribuidas en territorios dispersos en el este del país. Viven de la agricultura, la ganadería, la pesca y la extracción maderera.
La identidad cultural del este pueblo amazónico tiene como eje central la defensa de la tierra y la comunidad y un sistema educativo informal, basado en las tradiciones y costumbres que fomentan su autonomía. Su autodenominación ashaninka los identifica como “nuestro paisano, nuestro pariente, nuestro pueblo”.
Debido a su numerosa población y a su gran distribución espacial, los ashaninkas se han visto afectados por los históricos intentos de colonización y usurpación de sus territorios. En tiempos recientes, estas amenazas vienen por parte de intereses vinculados a la explotación petrolífera, el narcotráfico y la construcción de represas hidroeléctricas.
Durante el periodo 1986-1996, los ashaninkas sufrieron dramáticamente las consecuencias del enfrentamiento entre el Ejército y grupos armados como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, a consecuencia de los cuales fueron asesinados alrededor de 6.000 personas de este grupo.
Mayor exclusión social
Cerca de 370 millones de personas forman parte de alguno de los cerca de 5.000 pueblos indígenas presentes en más de 70 países. Muchos de ellos presentan una situación generalizada de falta de reconocimiento de sus modos de vida, de la propiedad de sus tierras y de sus propios idiomas, valores culturales y aptitudes.
Esta situación se complementa con una mayor exclusión que los no indígenas en realidades como la salud y la educación elemental. Los indígenas sufren mayores tasas de desempleo y precariedad y, como consecuencia de lo anterior, se ven más afectados por la pobreza severa y realidades como el trabajo infantil.
Diversos tratados internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007) y el Convenio sobre pueblos indígenas de la OIT (1989) reconocen la libertad y el derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación, al control de sus territorios y a su forma de organización social. Este último Convenio, sin embargo, sólo lo han ratificado 22 países, lo que acredita la complejidad de intereses que envuelven a este reconocimiento.
Apoyo a la educación propia y pertinente
Global Humanitaria y la Asociación Regional de Pueblos Indígenas (ARPI), con el apoyo de la Agencia Asturiana de Cooperación Internacional, promueven la educación básica intercultural para los pueblos indígenas de la Amazonía Central de Perú. El objetivo principal del proyecto es frenar el abandono y la deserción escolar, especialmente de las alumnas.
En marcha desde 2009, este proyecto impulsa la capacitación de docentes indígenas, en un modelo educativo propio y reconocido por las autoridades educativas del país. También promueve la construcción de aulas y albergues para la mejora del aprendizaje de más de 700 niños y niñas.
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En Perú, Global Humanitaria lleva a cabo cerca de 70 programas de mejora de infraestructuras escolares, de apoyo a la educación primaria y de mejora de la nutrición infantil en el altiplano andino, barrios jóvenes de Lima y la Amazonía Central. Estas actividades facilitan el ejercicio de derechos básicos y la igualdad de oportunidades a más de 30.000 personas.