Entre Amman y Madaba estamos trabajando con alrededor de 150 niños, que asisten a nuestras clases de refuerzo educativo de inglés, árabe y matemáticas. Reciben material escolar, ropa de abrigo y clases de arteterapia. En septiembre les hemos entregado mochilas para el inicio del curso escolar.
Todos ellos proceden de familias refugiadas sirias, que llegaron a Jordania hace unos años huyendo de la guerra. Viven en campamentos informales, en tiendas de campaña, y los padres, en su mayoría, trabajan como jornaleros en el campo. Tras la pandemia, “ayudarles a ponerse al día es una gran responsabilidad”, nos comenta Mahmoud Al Khatlan,(arriba en a imagen) maestro que imparte clases en nuestra aula en Madaba. "La mayoría van atrasados y nosotros les preparamos para los exámenes en las escuelas jordanas en las que están matriculados".
Los maestros trabajan también la confianza de los alumnos para fortalecer sus habilidades sociales y de trabajo en equipo. En eso ayudan las clases de arteterapia y musicoterapia. Tanto en Madaba como en Abu Nsair (Ammán) este año hay mayor demanda para inscribir a nuevos estudiantes , especialmente de primaria. Y es que muchas escuelas públicas jordanas están llenas y no registran a más alumnos.