La matriculación en primaria alcanza el 91% en países en desarrollo. Pero continuar estudiando después de la primaria sigue siendo un reto para muchas niñas y niños en nuestras zonas de trabajo.
En el Petén las familias de comunidades rurales maya q'eqchi con frecuencia no pueden asumir los gastos que supone la matricula, los desplazamientos y el material.Con frecuencia los niños acaban dejando la escuela para ayudar a la economía familiar.
A veces sí lo consiguen. En la comunidad de la Sabaneta (Poptún) Hilda sigue estudiando con el soporte de Global Humanitaria, este año empieza el segundo grado de secundaria. Su familia, como otras en Poptún, donde trabajamos, se dedica a la agricultura, a la siembra del maiz y el fríjol. Sin tierras propias, no podian asumir los costes de que ella continuara sus estudios más allá de la primaria.
Pero ella quería seguir estudiando. Y lo consiguió. El año pasado acabó 1º de secundaria en el Centro de Estudios Ochoch Hik’ eek’ (Casa de la Esperanza), centro para jóvenes adolescentes del ámbito rural guatemalteco que ofrece una educación adaptada a la realidad de las comunidades. Y este 2020 continúa. Global Humanitaria se ocupa, como en 2019, de los gastos de matriculacion, las mensualidades y el material que necesite.
Entre las metas de los objetivos recogidos en la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, está conseguir que todas las niñas y los niños terminen la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos.
Imagen: Hilda. La Sabaneta, Poptún (Global Humanitaria)