Historias

Sonia es enfermera y también madrina de Global Humanitaria. En septiembre viajó con su familia a Perú y pudo conocer a la niña que apadrina, que vive en Santa Lucía a 90 km de Puno. Con Sonia nos pusimos en contacto para que nos contara su experiencia ¡y así lo hizo!

 "El motivo principal de mi viaje era conocer a Nicol. Me hacía mucha ilusión conocerla a ella, su familia y su entorno. Hacía tiempo que pasaba por mi cabeza el realizar este viaje y este año se han dado las circunstancias para materializarlo".

Tu primera impresión fue de...
Sorpresa y curiosidad por llegar a un país que me apetecía conocer. Y, la verdad, no me sentí defraudada. Me sorprendió la diversidad del país, con paisajes preciosos, clima diverso, gastronomía muy rica y personas amables, generosas y cercanas.

¿Cómo fue el encuentro con Nicol?
Llegamos acompañados de Cristian, de Global Humanitaria. El encuentro con Nicol fue muy emotivo. Charlamos un rato con su madre Leonor y la niña, y conocimos también a sus 2 hermanas, su hermano, su tía y sus primos. Yo estaba feliz y muy emocionada.

Conociste también su entorno
Nicol vive en una casa humilde, en un pueblo cuyas calles no están asfaltadas. Al principio estaba retraída y se puso a hacer un dibujo. Eso le ayudó a relajarse. Después de un rato de charla nos ofrecieron una comida muy rica: un plato con alpaca, maíz y patata. Después nos fuimos a un parque de juegos cerca de su casa y pasamos un largo rato bajando por toboganes, columpiándonos y sobre todo riéndonos mucho.

¿Cómo recuerdas la experiencia?
Lo sentido ese día fue un conjunto de emociones intensas. Alegría por cumplir con un sueño que al final pudo hacerse realidad, nervios de cómo se daría el encuentro, ilusión de ver la cara de Nicol y su familia. Y tristeza en el momento de la despedida. Ser testigo de la realidad de Nicol hace que colabore, si cabe, con más ganas y motivación. A nivel profesional, desde mi visión como enfermera, ha resultado una vivencia muy rica.

¿Crees que es una buena manera de aproximarse a otras culturas?
Me parece una experiencia única e inolvidable, muy emotiva, que nos acerca a realidades y culturas muy diferentes a las nuestras. Es una cura de humildad grande y evidentemente ayuda a valorar más todo lo que tenemos en nuestra sociedad. Animo a todos aquellos padrinos que se estén planteando visitar a su ahijado/a a que se decidan a hacerlo, ya que, al final, lo más importante de la vida son las personas.

¡Muchas gracias Sonia, por tu testimono!
................................................................................................................................................................................
Si estás pensando en viajar para conocer a tu niño o niña apadrinados ¡ten en cuenta nuestras recomendaciones!
También puedes hacer la consulta en nuestro teléfono gratuito de Atención 900 20 13 20
Y si ya has viajado y quieres compartir tu experiencia, envíanos un mail a colaboradores@globalhumanitaria.org

 :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::