Madrid.- La lucha contra la Explotación Sexual Comercial Infantil debe incluir tanto medidas disuasorias como la atención social a las muchas causas que la hacen posible. Se trata de un combate a escala internacional contra el tercer negocio ilícito más lucrativo del mundo, que constituye una amenaza para el conjunto de la infancia. Instituciones internacionales, gobiernos, empresas y sociedad civil deben trabajar en red contra los agresores y en la atención a las víctimas.
El pasado viernes terminó en CaixaForum Madrid el Foro contra la Explotación Sexual Comercial Infantil, organizado por la ong Global Humanitaria. En este Foro han compartido experiencias 16 expertos en la lucha contra esta forma de esclavitud, que afecta, según diversas organizaciones internacionales, a un mínimo de 1,8 millones de menores de edad.
Las ponencias del Foro han acreditado que el fenómeno de la ESCI es multidimensional y no obedece sólo a factores como la pobreza o las rentas bajas. Tampoco debe simplificarse a los agresores como personas enfermas o depravadas.
Los Estados son los responsables principales de garantizar los derechos de los niños, pero es necesario profundizar en la lucha internacional contra la ESCI, en la que juegan un papel muy importante las leyes extraterritoriales, actualmente poco aplicadas por la mayoría de estados para la persecución de delitos sexuales.
Aunque existen leyes y convenciones de protección de la infancia, es necesario definir los mecanismos de proximidad y las medidas e instrumentos prácticos y reales en la lucha contra la ESCI. Esta lucha, además, debe contar con un planteamiento de red coordinada entre administraciones, sistema judicial, empresas y sociedad civil.
La colaboración ciudadana se ha demostrado eficaz en la lucha contra los delitos cibernéticos y para detectar situaciones de abuso contra menores. Debe abandonarse la cultura del silencio para pasar a la cultura de la consciencia y denunciar cualquier agresión sexual contra los niños.
A pesar de que sólo 5 países han creado registros de abusadores, y de que su aplicación requiere reformas de los sistemas jurídicos, los registros de abusadores suponen una herramienta útil en la lucha contra la reincidencia en los delitos sexuales. El registro, sin embargo, debe de ser útil también para la reinserción en su entorno social del agresor que ya ha cumplido condena.
Es importante atender las secuelas de las víctimas y los menores afectados, pero los mayores esfuerzos deben centrarse en la prevención y en luchar contra la demanda masculina de prostitución.
Los menores víctimas de explotación sexual no son objetos, sino sujetos de derechos, y su derecho a recibir atención psicosocial no debe ir en detrimento de considerar su potencial positivo a partir de su personalidad, sus creencias y su visión del mundo.
El impacto social y económico del Turismo en los países receptores de turistas hace necesario que este sector se implique mediante iniciativas de sensibilización, ya que la visibilidad es el elemento más importante para disminuir la clandestinidad asociada a la explotación infantil.
La Explotación Sexual Comercial Infantil es una violación de los derechos fundamentales de los niños y las niñas. Comprende el abuso sexual por parte de un adulto y su remuneración económica o en especie, tanto para el propio niño como para terceras personas. El niño es tratado como un objeto sexual y comercial.
Algunas de las variantes de la ESCI son la prostitución, la pornografía, la trata con fines sexuales y el Turismo Sexual Infantil.
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El Foro contra la Explotación Sexual Comercial Infantil forma parte de la campaña de Global Humanitaria Había una vez un niño, de información y denuncia de la explotación infantil, y cuenta con la colaboración de Asociación Protect.
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Campaña Había una vez un niño
http://www.protectcamboya.org
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Más información:
Jaume Mor
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