Actividades como laberintos para encontrar el árbol que tenemos que regar y mensajes ambientales pedagógicos integran el cuaderno de educación ambiental Guardianes del Planeta que este año hemos entregado junto con el kit de material escolar a 3.271 niños y niñas de escuelas rurales de Arbieto y Tarata. La entrega se inició en junio y continúa en julio y agosto en Vacas y San Benito hasta alcanzar a un total de 8.030 alumnos de 63 escuelas de primaria.
El reparto forma parte de nuestro proyecto “Escuelas resilientes frente al cambio climático” de ahí que el paquete de material escolar básico que entregamos (cuadernos, lápices, bolis, archivador…etc) incluya contenidos de sensibilización y educación medioambiental alrededor del agua, el cuidado de las plantas, la gestión de residuos o el cuidado del medio ambiente. Los maestros han recibido asimismo un planificador medioambiental.
De este modo se pretende por un lado impulsar la asistencia escolar ayudando a los padres con la adquisición del material y, por otro, con la educación ambientral reforzar la resiliencia de las comunidades, es decir, su capacidad para resistir, adaptarse y absorber los efectos de un cambio climático que causa estragos en los más vulnerables.
Cambo climático, educación y nutrición
Bolivia es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Tiene además un problema de gestión del agua que hace que los efectos adversos del cambio climático se multipliquen: los bajos rendimientos productivos y la irregularidad de las lluvias dificultan la actividad agrícola y agropecuaria, la más común en zonas rurales, haciéndolas más vulnerables ( ver artículo relacionado ““Hay que fortalecer la capacidad de autogestión del agua en Bolivia”)
Implicar a las escuelas es una forma de concienciar y sensibilizar a la población para hacerle frente, con el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria en la zona y la oportunidades de desarrollo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, señala en su informe de 2018 la importancia de desarrollar la resiliencia climática para combatir el hambre, mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición , especialmente en países con sistemas agrícolas extremadamente sensibles a la variabilidad de las precipitaciones, la sequia y las temperaturas, como es el caso de Bolivia.
Imagen: Los Guardianes del Planeta muestran el material escolar que incluye educación ambiental. Bolivia (Global Humanitaria)