Madrid.- El próximo martes 23 de septiembre es el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999. En esta fecha se recuerda la promulgación de la primera norma legal que permitió castigar los casos de prostitución y corrupción de menores (Ley 9.143, Ley Palacios, proclamada el 23 de septiembre de 1913 en Argentina).
La explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños es una lacra global que afecta a todas las regiones del planeta, tratándose en la práctica de una forma moderna de esclavitud. Naciones Unidas señala que entre 4 y 5 millones de personas son vendidas anualmente víctimas de la trata, el 80% para su explotación sexual. Es una vulneración de los derechos humanos que atenta contra la vida, la integridad, la libertad y la dignidad de las personas y tiene un claro componente de género, al ser sus víctimas mayoritariamente mujeres. Además, después de la venta de armas y de drogas, constituye el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo.
En el caso de la infancia, la explotación sexual conlleva una serie de prácticas que dañan la vida de los niños, la degradan y ponen en peligro su supervivencia y desarrollo. Aunque no existen estadísticas fiables sobre este fenómeno, la Organización Internacional del Trabajo ha estimado que cerca de 1’8 millones de niños son víctimas de la explotación con fines sexuales. Esta cifra incluye la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o las actuaciones pornográficas.
Impulsar acciones eficaces y duraderas
A pesar de tratarse de un problema de alcance mundial, hay países en los que la realidad de la explotación sexual infantil y la ausencia de iniciativas para combatirla son especialmente alarmantes. Este es precisamente el caso de Camboya, por lo que en enero de 2003, Global Humanitaria y la ong camboyana Action pour les Enfants (APLE) firmaron un acuerdo para poner en marcha, conjuntamente, el proyecto de cooperación internacional Protect.
Este proyecto forma a niños y familias para evitar las agresiones sexuales y, en aquellos casos en que se producen, asume la defensa legal de las víctimas de estos delitos y procura su recuperación y reinserción social. También combate las redes de trata de niños y niñas para la explotación sexual, además de perseguir y denunciar la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes en lugares donde la pobreza concentra los mayores focos de delitos sexuales.
En lo que va de año, Protect ha realizado 269 atenciones sociales y 132 legales en el país asiático, asimismo ha contribuido en la consecución de la condena de 11 agresores sexuales.
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Marta García
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