Oviedo - Combatir los estereotipos de género con un cuento dirigido a los más pequeños. Este es el punto de partida del cuento ‘La bicicleta de Izel’, una actividad de cuentacuentos que Global Humanitaria presenta en las 11 bibliotecas de la Red Municipal de Bibliotecas Públicas de Oviedo durante este mes de octubre.
Izel, la protatonista del cuento, es una niña que vive en Guatemala, un país en el que un 70% de las mujeres admite haber sufrido directamente o haber sido testigo de cómo su madre había padecido violencia machista a manos de su pareja.
El conocido cuentacuentos asturiano Carlos Alba, Cellero, llevará a cabo las distintas sesiones de cuentacuentos con el fin de sensibilizar a niños sobre la importancia de la libertad de las mujeres como principio de justicia social. “Al ser una historia con unos protagonistas con los que el niño se identifica, hay empatía y se abre una puerta para solucionar los problemas, explica el narrador.
Esta actividad de cuentacuentos forma parte del programa de sensibilización ‘Soy niña’, apoyado por la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo en su programa de ayudas a programas de cooperación 2012, al que también ha sumado su apoyo el Ayuntamiento de Oviedo.
Después de la narración del cuento, los niños y sus familias podrán participar en un taller que, mediante una dinámica de preguntas y respuestas y pasatiempos educativos, les acerquen a las actitudes a favor de la equidad de género y la autonomía de la mujer como principio de justicia social.
Educación y participación públicas
“No cabe duda que las circunstancias que rodean a las mujeres en los países empobrecidos con muy duras, pero aquí se dan situaciones que asumimos como normales, y que a través del cuento y de las actividades que complementan la sesión, pretendemos que hagan pensar a los más pequeños, explica Belén González, delegada de Global Humanitaria en Asturias.
Los estereotipos machistas interfieren directamente en el derecho de las mujeres a la educación y en el ejercicio de derechos como la opinión y la participación. En el área de Petén, en Guatemala, donde Global Humanitaria lleva a cabo proyectos de desarrollo, un 22% de las mujeres de entre 15 y 24 años de edad no saben leer y escribir, mientras que en el caso de los hombres, la tasa es del 16%. En el caso de las poblaciones indígenas, las diferencias son aún mayores.
A pesar del reto lanzado por el tercero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que instaba a los Estados a acabar con las desigualdades entre hombres y mujeres en el acceso a todos los niveles de la enseñanza para el 2015, esta meta no se ha cumplido, y, del total de personas analfabetas en el mundo, el 64% son mujeres
Según el último de los informes sobre los avances en la consecución de los ODM, las mujeres ocupan sólo el 25 por ciento de los puestos directivos y, en todo el mundo, las mujeres ocupan apenas el 20% de los escaños parlamentarios.
Dar herramientas y protagonismo a las mujeres
La equidad o igualdad de género identifica la justicia en el tratamiento de hombres y mujeres por lo que respecta a derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades.
Existe un consenso a nivel mundial sobre tres estrategias principales para lograr esta equidad: el acceso igualitario a la educación, el fomento de la independencia económica de las mujeres y la creación de cauces para una mayor participación social de las mujeres.
En Guatemala, desde 2003 Global Humanitaria impulsa el desarrollo participativo de las mujeres mediante comités de desarrollo comunitario. También, y con el apoyo de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo, impulsa la constitución de cooperativas, de bancos comunales y de iniciativas de auto ocupación de las mujeres rurales, en una iniciativa en la que participan 490 mujeres de ascendencia maya q’eqchí.