Sothea tiene 12 años. Estudia 4º en la escuela de Prey Pha Er, a 2 kilómetros de Thmey, Camboya, donde vive con su familia. Tiene muchas ganas de volver a las clases presenciales y continuar estudiando para ser maestro cuando sea mayor.
Los padres de Sothea apenas consiguen trabajar en el campo algunos días a la semana a causa del covid. Además de material escolar les hemos podido llevar kits de higiene para prevenir contagios (alcohol, jabón, mascarillas) y packs de alimentos en acciones de emergencia.
Hablamos con Sothea que nos explica cómo es su día a día:
“En mi familia somos 4 hermanos: Mai Ma de 21 años, Mai Vantha de 19 y Mai Sreyleak de 16 trabajan en la fábrica. Y yo. Mi papá es albañil y mi mamá ama de casa”.
“Mi casa es de caña y hojas de palma. Cuando llueve, el agua entra por el techo que está roto. Mi escuela está a unos 2 km”.
“Me levanto a las 6h de la mañana y ahora que no voy a la escuela, ayudo en casa a cocinar arroz, lavar la ropa y los platos. Luego voy a recoger los deberes que nos pone la maestra. Después almorzamos”.
Cuando las escuelas están abiertas, “Mis hijos van con regularidad”, dice Phorn su madre. Y Sothea añade “tengo muchas ganas de volver a la escuela y, además, extraño jugar con mis amigos”.
“Para evitar el covid utilizamos mascarillas y me lavo las manos. El jefe de la aldea insiste en que nos protejamos del virus. Este año (2021) no permiten que mis familiares vengan a visitarnos. Algunos de mis amigos tampoco vienen a jugar conmigo por miedo a los contagios”.
“Me gusta la casa de mi vecino porque puedo ir a hacer ejercicios y jugar allí. También me gusta leer: cuando sea mayor quiero ser maestro”.